LOS MITIMAES EN LA PROVINCIA DE CAYLLOMA XVI

En el periodo prehispánico la población Collagua se encontraba distribuida en la zona comprendida entre los 3000 y 4000 metros de altura, zona dedicada a la agricultura y ganadería, Yanque, Lari y Cabana eran las poblaciones más importantes que controlaban por medio de mitimaes las aldeas y comarcas aledañas y los pueblos ubicados en la zona de Puna como en las Yungas, estos tres pueblos controlaban los diversos “pisos ecológicos”. El control político y económico les permitió desarrollar un intensivo intercambio de productos agrícolas y abundante pasto para su ganado.

Francisco Pizarro encomendó a Cristóbal Pérez y su hijo Juan de Arbes el pueblo principal de Cabana y los pueblos de Ayomarca, Tirpa, Paseya y Api en el este, y Taya, Huanca, Marco, Huambo y Yura en el oeste; así como los indios mitimaes que dependían de éstos y se encontraban distribuidos en diversos lugares.  A su hermano Gonzalo le encomienda en la provincia de Collaguas la parcialidad de Hanan-Saya capital Yanque y los pueblos de Chivay, Coporaque y Achoma; así como Caylloma, Callalli, Tuti, Tisco y Sibayo en la zona alta, y Yanahuara y Tiabaya en el valle de Arequipa; además los indios mitimaes que menor número tenía distribuido en diferentes lugares. Ésta encomienda después de 5 años pasa al Capitán Francisco Noguerol de Ulloa.

El repartimiento de Hurin-Saya, se delegó a Alonso Rodríguez Picado, mientras que Lari-Collaguas parcialidad Hanan-Saya es encomendado a Marcos Retamoso dependían los pueblos de Madrigal y Maca así como los de Visuyu y Chungara en la zona de la puna y la Chimba y Tiabaya en el valle de Arequipa. 
El repartimiento de Cabana, después de un pleito entre Juan de Arbes y Miguel de Vergara, fue encomendado a ambos incluyendo caciques principales (Tulmaque y Ychocahana respectivamente), pueblos de indios, naturales serranos y yungas sujetos a los dos caciques. Una vez terminado el tiempo de encomienda de los antes citados, la Gasca concede a Juan de la Torre y a Doña Ana Gutiérrez el repartimiento de Cabana y la de Juan Pérez de Vergara a Diego Hernández de la Cuba Maldonado y su mujer Doña Juana Mercado.  El pueblo principal de este repartimiento era Cabana dependiendo de éste Tapay, Llanca, Quenco y Chilpo en la zona alta, y los de Yuta, Huanca, Huambo y Yura en la zona baja, además los indios mitimaes de los valles de Majes y Camaná, Siguas, Vitor y Arequipa.

El "control vertical" que en este periodo todavía controlaba lo pueblos de Yanque, Lari y Cabana y sus diferentes "pisos ecológicos" fue conservado por los conquistadores europeos así como la institución de los mitimaes, solo se modifico y acondiciono para sus intereses.En este periodo solo se redujo a diez pueblos toda la población del repartimiento de Yanque-Collaguas que estaba en poder de la Corona, también controlaba a los 565 indios mitimaes que fueron reducidos en San Juan Bautista de Yanahuara, así como los mitimaes distribuidos en otros lugares.
Lari-Collaguas ademas tenía en la Chimba y Tiabaya 1444 indios mitimaes repartidos entre los dos encomenderos de dicho repartimiento 639 para Francisco Hernandez Retamoso y 805 a Alonso Rodriguez Picado.En el repartimiento de Cabana aparte de los mitimaes de las 8 reducciones se disponían 11 indios mitimaes en Santiago de Tiabaya y 191 en el valle de Camaná.
Los indios collaguas que se encontraban en calidad de mitimaes en el valle de Arequipa, es decir en los pueblos de San Juan Bautista de Yanahuara, Santiago de Tiabaya y San Miguel de Cayma y sus barrios de Antiquilla, San Lázaro y Santa Marta les correspondía sus repartimientos principales, las distancias lejanas les obligo a empadronarse en dichos lugares, así como con los mitimaes Collaguas que se encontraban en los valles de Majes y Camaná, Siguas y Vítor.
No solo los mitimaes de la provincia de Caylloma estaban encargados de labrar las tierras en los valles de Majes y Camaná, Siguas, Vitor y Arequipa, sino para trasportar el vino producido en dichos valles dirección el Cuzco y a la villa Imperial de Potosí. En Arequipa estaban destinados también para las obras publicas como  construcción de puentes y caminos, alhóndiga, casa del Gobernador y Corregidor, casa del Cabildo, cárcel, escuela, así como para la fábrica de iglesias, conventos y monasterios. También eran alquilados para labrar las sementeras ,guardar ganados, servir en los tambos y mesones servicios domésticos en casas de seglares y civiles, panaderías, molinos, carnicerías,pulperías y cuualquier actividad a desarrollar en la ciudad.El cabildo de Arequipa pagaba 2000pesos a los indios mitimaes collaguas que habian servido en pulperias , despues de los terremotos de 1582 y 1600 se les traslado a gran numero de mitimaes collaguas para reedificar la ciudad.



En la ciudad de Arequipa el comercio del vino era de gran importancia, éste se producía en Vitor y Siguas y se trasladaba al Cuzco y la región de los Charcas concretamente a Potosí.  Este trabajo era realizado por los mitimaes collaguas. El virrey Luis de Velasco dispuso que los corregidores de la ciudad de Arequipa, Cabana, Collaguas y Condesuyo proporcionaran los indios mitimaes necesarios para el transporte del vino desde estos valles, el mismo virrey dispuso que los mismos mitimaes collaguas y cabanacondes al ser más numerosos que los collesuyos y chimbas, no solo se dediquen a trabajar el vino del valle de Siguas si no también se dediquen al al trajín de vino del valle de Vitor dado que éste se producía en mayor cantidad.  Finalmente, el virrey Velasco en provisión dirigida al corregidor de los collaguas les decía:

“…Sabed que los indios de Yanque y los collaguas de la corona real y encomiendas de Alonso Rodríguez Picado y Francisco Retamoso, vecinos de la ciudad de Arequipa, se me hizo relación que ellos tenían ciertos indios mitimaes reducidos y poblados en los pueblos de Guanca y Lluta y están visitados y empadronados en el cuerpo y hueso de indios de los Dhos repartimientos donde acuden con sus tasas y la quenta de los indios que han de dar los dhos mitimaes para el traxín, vino y otras contribuciones se había de hacer en buen orden con los indios del repartimiento principal donde son visitados y acuden con sus tasas y no de por si y emitiéndolos en quenta de los indios de otros repartimientos donde comúnmente por ser mitimaes son agraviados”

Los corregidores respetaron de manera que los invasores hipanos y siguieron conservando los mitimaes que tenían los pueblos de Yanque, Lari y Cabana tanto en los alrededores como en las zonas altas y bajas hasta los valles de la costa. No solo trabajaban en la agricultura y el pastoreo sino también a las diferentes obras públicas y de bien común, éstos también eran alquilados por sus encomenderos para trabajar en las diversas labores propias de las ciudades.  Los mitimaes collaguas eran muy importantes en la ciudad de Arequipa, de hecho, al producirse el terremoto el 22 de enero de 1582 inmediatamente se dedicaron a reconstruir la ciudad.  Los mitayos posteriormente reemplazaron a los mitimaes en sus labores.



La Organización Política-Administrativa


En el periodo colonial debemos de considerar los “Repartimientos” como las primeras divisiones del territorio peruano.  Cada repartimiento estaba constituido por uno o más pueblos, que a su vez tenían una o varias encomiendas o varios repartimientos comprendían una encomienda, gobernadas por los encomenderos que eran como señores feudales con dominio absoluto sobre los indios y tierras de éstos.  Una vez establecidos los primeros repartimientos la corona española reconoce a los antiguos curacazgos del imperio incaico para respetar a los antiguos dueños o usufructuarios de estas tierras y librarlos de los abusos de los conquistadores.

Con el gobierno del Lic. Lope García de Castro adquiere una forma determinada la demarcación territorial, los corregidores ejercían jurisdicción gubernativa, sobretodo lo político y económico en los pueblos bajo su mando.  Cada repartimiento correspondía a un grupo de familias –Ayllu o parcialidad– o sea, pues que la extensión de una provincia estaba en función de la mayor o menor extensión territorial que ocupaban los indios o las encomiendas que caían dentro de su ámbito.  Inicialmente hubo once corregimientos aunque dada la complejidad y la extensión de algunos de ellos determinaron la subdivisión de los mismos.

Francisco de Toledo al ocupar el poder reorganiza los corregimientos creando las famosas reducciones, levantó una detallada descripción del Perú disponiendo al cosmógrafo Sarmiento de Gamboa y trazó una nueva distribución del territorio dividiéndolo en setenta y un corregimientos que comprendían seiscientos catorce repartimientos, setecientas doce doctrinas y más de mil pueblos de indios, indicamos algunos de éstos: Arequipa, 7 corregimientos que comprendían 35 repartimientos:

1)Arequipa o el cercado comprendía los repartimientos de San Juan Bautista de Yanahuara y Santiago de Tiabaya; 2) Characato y Vitor, los repartimientos de Paucarpata, Chiguata y Characato;  3) Camaná, los de Majes , Quilca, Ocoña, Caravelí y Ático, Molleguaca, Acarí y Atiquipa;  4)Condesuyos, los de Achamarca, Chilpacas, Arones, Chachas y Ucuchachas, Pampacolca, Chuquibamba, Andagua, Machaguay, Viraco y Achanguillo Yayanque;  5) Collaguas, los de Yanque, Lari y Cabana;  6)Collesuyo, los de Ubinas, Corumas, Puquina, Cochuna y Pocsi;  7) Arica, los de Ilo e Ite, Hilabaya, Tacna, Lluta y Arica, Pica y Loa y Tarapacá.

La provincia de Collaguas surge con los límites siguientes: por el este, con la provincia de Canas y Canches o Tintas; por el oeste Camaná;  por el norte Chumibivilcas;  por el sur con Arequipa y el suroeste con Lampa.   La provincia de Collaguas se respetó las 2 parcialidades Hanan-Saya y Hurin-Saya, la primera era gobernada por 18 caciques y Hurin por 12, además 2 en la Chimba pueblo donde fueron reducidos los mitimaes collaguas que se encontraban en el valle y ciudad de Arequipa.  La segunda parcialidad, Hurin, comprendía los territorios de Lari Collaguas (Recollaguas) y CabanacondeLari también estaba dividido en parcialidades, la de Hanan estaba gobernada por 8 caciques principales y 2 que gobernaban a los mitimaes en la Chimba; Hurin-Saya estaba gobernada por 6 caciques principales y 2 en la Chimba.  Cabanaconde, la parcialidad de Hanan-Saya estaba gobernada por 5 caciques principales y 1 en Camaná.  Además había caciques ordinarios o segundas personas. Cada encomienda a su vez se dividía en Hanan-Saya y Hurin-Saya y cada una de las parcialidades se dividían en Ayllus gobernados por sus propios curacas.  Los mitimaes dependían directamente de sus repartimientos principales, estos mitimaes a su vez eran gobernados por sus respectivos curacas. Yanque era la capital de los 3 repartimientos señalados y ejercía de jurisdicción propia, tenía juez de Naturales (Juan Durand de Figueroa).

Los corregidores que gobernaban la provincia de Collaguas fueron:
-       Juan de la Hoz (1566)
-       Juan de Vergara (1578)
-       José de Villalobos (1579)
-       Lucas de Cadabal (1581)
-       Juan de Ulloa y Mogollón (1583)
-       Gaspar Verdugo (1590)
-       Gaspar de Colmenares (1591)
-       Pedro Quiroz (1593)
-       Diego Peralta Cabeza de Vaca (1596)
-       Dr. Gonzalo Rodríguez de Herrera (1600)

El cabildo de la ciudad de Arequipa constantemente exigía indios mitimaes a los corregidores y curacas de la provincia de Collaguas para el servicio de la ciudad así como de los mineros de Huancavelica y de la Villa imperial de Potosí que solicitaban el envío de mitayos para trabajar en los yacimientos mineros y en los diversos ingenios

Las diversas disputas durante el gobierno del corregidor Gaspar de Colmenares solicitando los 500 indios mitayos y otros tantos mitimaes de servicio y de trabajo a las minas de Potosí y Huancavelica, provocó diversos juicios entre los curacas principales de Collaguas en su negativa de seguir aportando esta rica mano de obra.  Diego Peralta Cabeza de Vaca, corregidor de dicha provincia entre 1596 hasta 1600 dispuso el envío de mitimaes y mitayos a la ciudad de Arequipa así como para la vendimia; no permitió que se repartieran mitayos a la Villa Imperial de Potosí, en cambio intentó llevarlos a las minas de Sica Sica que poseía en las Charcas, lo que no fue posible por la oposición del cabildo de Arequipa.  En cada reducción del corregimiento de Collaguas se estableció un cabildo integrado en su totalidad por indios que democráticamente eran nombrados el 1º de enero de cada año, se fundaron Cajas de Comunidad, Hospital y Escuelas para los indios, los curacas se encargaban de la recaudación de los tributos. 



Organización Eclesiástica

En 1560 el comisario Fray Jerónimo de Villacarrillo, era el comisario general de la orden de San Francisco en el Perú, envió a Fr. Francisco Vásquez para evangelizar y adoctrinar a los naturales, levantó un templo en Coporaque. En Yanque envió al padre Pedro de los Ríos, éste levantó iglesia y convento siendo la capital de todas las reducciones Collaguas.  Este mismo comisario dispuso por un edicto papal que abandonaran las doctrinas y se recogieran en sus conventos.  Los padres franciscanos fueron remplazados por sacerdotes seculares que en un año cometieron tantos abusos con los naturales, aplicándoles cobros excesivos por las misas, bautizos, casamientos, entierros y fiestas. Por este motivo los curacas se quejaron al tribunal de la Real Audiencia de Lima solicitando que regresaran los padres franciscanos.  La Audiencia por medio de un auto ordenó “…que los religiosos de san francisco volvieran a servir como lo hacen…” Felipe II ratificó esta disposición con una Real Cédula.  Los padres franciscanos volvieron a los corregimientos collaguas pero solo se hicieron cargo de la evangelización y doctrina del repartimiento de Yanque – Collaguas que estaba en poder de la corona; hay que tener en cuenta que los repartimientos de Lari-Collaguas y Cabana-Conde siguieron en poder de sacerdotes seculares.

Los franciscanos para una mejor administración y gobierno de sus doctrinas, dividieron sus casas en dos conventos, uno en Yanque y el otro en Callalli, del primero dependían las doctrinas de Achoma, Chivay y Coporaque y del segundo las de Tisco, Tuti y Sibayo.  Finalmente la evangelización y adoctrinamiento de los naturales se hicieron con menor esfuerzo y con mayor provecho permitiendo que los sacerdotes recogieran los diezmos y primicias que les pertenecían de los productos agrícolas y los ganaderos.

Consideraciones Generales.-  El establecimiento de las reducciones trae consigo la desestructuración de la sociedad andina, destruyendo el Ayllu produciéndose cambios radicales en la organización social y económica así como en la administrativa.  Se trasladó masivamente y forzosamente a los naturales.  Las reducciones collaguas entre 1570 – 1580 tuvieron una vida muy corta. Los naturales fueron abandonando progresivamente en señal de protesta por los excesivos tributos que pagaban en San Juan y Navidad, por los trabajos inhumanos a los que fueron sometidos los mitayos y los indios, van decayendo y mueren muchas reducciones,  sin embargo éstas sirven de base para las reducciones establecidas en los siglos XVII y XVIII que se fundaron en los antiguos pueblos construidos por orden Toledo.

Por otra parte se conserva la institución incaica de los mitimaes pero es modificada y acondicionada dependiendo de los intereses de los encomenderos de las minas a las cuales había que trabajar y el vino que había que Imperial de Potosí.  Los mitimaes collaguas de los diversos poblados de la zona de puna y de los valles de la costa así como aquellos enviados a la ciudad de Arequipa eran controlados desde sus repartimientos principales y solo por razones de distancia fueron reducidos en los pueblos donde se  encontraron al momento de ser visitados, los curacas principales que los gobernaban también eran de los repartimientos principales.